lunes, 5 de enero de 2009

Sobre el Año Europeo de la Creatividad e Innovación

Hace unos meses la Comisión Europea decidió que el 2009 fuese el Año Europeo de la Creatividad e Innovación. "Europa necesita impulsar su capacidad de creatividad e innovación, por motivos tanto sociales como económicos", decía la Comisión Europea. Lo cierto es que con independencia de la celebración, en el 2009 (y en los meses venideros) habrá que ser más imaginativo que nunca para sortear la actual crisis económica. Escribía ayer Daniel Innerarity en "El Pais" que "la creatividad, que es el presupuesto básico de la innovación, no puede ser forzada, ni tiene sentido determinar previamente que innovación se debe conseguir. Parece mucho más lógico plantearse la cuestión de bajo qué condiciones aumenta la verosimilitud de que se realicen innovaciones y crear esas condiciones". El artículo de Innerarity se publicó justo un día después de que Janet Rae-Dupree analizase en The New York Times hasta qué punto el plan económico de Barak Obama contribuirá a recuperar sectores "maduros" de la economía norteamericana, como el financiero y el automovilístico, o a generar "stimovation", es decir, el desarrollo de la infraestructura tecnológica y digital del país, fuente de innovación y nuevos trabajos en el futuro. El análisis, desde luego, no tiene desperdicio, al producirse en un país que se precia de ser el más innovador del mundo. Este otro artículo sobre las innovaciones que se están produciendo en las mismas aulas de las universidades norteamericanas lo vendría a corroborar, y desde este lado del "charco" no se puede dejar de observar con sana envidia. ¿El Año Europeo de la Innovación? La realidad que describe NYT está muy alejada de la que se vive en España, en sus universidades y en sus empresas. A nuestros políticos se les llenan sus bocas hablando de innovación, pero la cruda realidad es eso, muy cruda: endogamia en una Universidad todavía muy alejada de las empresas, culturas de trabajo jerárquicas y autoritarias, pymes muy conservadoras en su gestión y escasamente internacionalizadas, castigo social al fracaso investigador y empresarial, baja vocación emprendedora entre los más jóvenes, etc. Y por muchos "Año Europeo de la Innovación", esto no se cambia de la noche a la mañana... O, ¿tal vez sí?

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