lunes, 3 de noviembre de 2008

Una nueva élite: "The Numeraty"

En vísperas de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, The New York Times y El País analizan de manera complementaria el papel que Internet ha jugado en la campaña electoral. El periódico norteamericano recuerda que en 2004 YouTube no existía y Facebook apenas estaba en su infancia. En estas elecciones, señala El País, los vídeos de Barack Obama en YouTube se han visto 77 millones de veces desde el inicio de octubre y los de John McCain, 20 millones. Por otra parte, Obama tiene 2.3 millones de seguidores en su página de Facebook.

El ritmo de cambio tecnológico es tan brutal que nadie se atreve a avanzar qué páginas web y nuevas plataformas protagonizarán la campaña de 2012 en Internet. Es muy posible, sin embargo, que Stephen Baker, periodista de Business Week, haya dado con una de las claves de futuro: el desarrollo de algoritmos por parte de matemáticos e ingenieros informáticos para predecir nuestro comportamiento como votantes, consumidores, trabajadores y pacientes.

En “The Numeraty”, un trabajo que acaba de ser publicado en los Estados Unidos, y que viene a ampliar un artículo suyo publicado en BW en el año 2006, Baker describe a ese nuevo colectivo profesional que se está esforzando por reunir datos sobre nosotros, compilarlos a través de ordenadores e interpretarlos, para sacar conclusiones acerca de nuestro comportamiento futuro, o cómo deberíamos ser persuadidos para obtener el comportamiento deseado. Los datos pueden ser obtenidos a través de registros públicos, exhaustivos estudios de mercado o listas de suscripción, pero la información más relevante procederá de nosotros mismos, de nuestra actividad en Internet, de lo que escribimos en blogs y foros, de nuestro uso de las redes sociales...



Como muy bien señalan Víctor Gil y Felipe Romero en “Crossumer”, los ciudadanos están poniendo hoy a disposición de las empresas mucha más información sobre lo que hacen, dicen y piensan que en ningún otro momento de la historia. Ellos creen que sólo existe un obstáculo para que esa información sea operativa: “Es inabarcable, tanto por su volumen como por su fragmentación, y requiere de un filtrado que señale lo más significativo”.

Pues bien, “The Numeraty” describe a ese pequeño número de personas que ha estado trabajando en dar sentido a toda esa información para transformarla en números en una hoja de cálculo. A Baker se le ha criticado por aceptar mucho de lo que ese colectivo dice que puede hacer o será capaz de hacer algún día, pero pienso que sólo la descripción de los esfuerzos que se están realizando merece ya un mínimo de reconocimiento.

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